En el viaje místico de regreso a la Sicilia del siglo XVI, pondremos un pie dentro de tumbas subterráneas cargadas de una atmósfera espeluznante, donde más de 8.000 cuerpos han sido dispuestos a lo largo de pasillos acogedores. Esto no es sólo una confrontación con la muerte, sino también una exploración de la historia, la cultura y la espiritualidad de Sicilia.
A lo largo del siglo XVI, cuando Sicilia estaba bajo dominio español, el entierro del difunto se volvió de suma importancia para la población local. Comenzaron a construir catacumbas subterráneas para proteger a los difuntos de los estragos del clima y otros elementos. Lo que es particularmente intrigante es cómo organizaron estos restos.
Imágenes de individuos adornados con moda del siglo XVI, máscaras e incluso retratos pintados de los difuntos hacen que estas tumbas sean llamativas y atractivas. Los difuntos se colocan de varias maneras, desde suspendidos en las paredes hasta dispuestos en estantes. La sensación de sensación que surge es imposible de ignorar y, en ocasiones, puede hacerte sentir como si estuvieras embarcando en un viaje a través del tiempo.
Estas catacumbas son una parte integral del patrimonio cultural de Sicilia y sirven como un lugar donde los visitantes pueden profundizar en la historia y tradiciones singulares de la isla.