En este estudio exhaustivo, el profesor Garfinkel del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén examina los primeros sitios fortificados del reino de Judá durante el siglo X a.C.
La investigación se centra en cinco sitios clave: Khirbet Qeiyafa, Beth Shemesh, Tell en-Naṣbeh, Khirbet ed-Dawwara y Lachish. Estos sitios revelan información importante sobre el proceso de urbanización, la planificación urbana y las fronteras de la fase más temprana del reino de Judá, los días de David y su nieto Roboam.
La región de Sefela (shefela), ubicada al suroeste de Jerusalén, jugó un papel crucial en el desarrollo del reino de Judá debido a sus condiciones ecológicas favorables para la agricultura. La investigación destaca que la topografía baja y ondulada de la Sefelá, su suelo fértil y sus abundantes precipitaciones la convirtieron en el granero del reino y en una región capaz de sustentar a una gran población.
El estudio enfatiza la importancia de la expansión del reino hacia la Sefela y sus recursos agrícolas como etapa clave en su desarrollo.
Contrariamente a las creencias anteriores de que la expansión del reino se produjo a finales del siglo IX u VIII a. C., entre 200 y 300 años después de David, la investigación del profesor Garfinkel demuestra que el reino ya había comenzado a expandirse hacia la región montañosa y el norte de la Sefelá ya en el siglo X. siglo a.C. La expansión del sur de Sefela se produjo aproximadamente dos generaciones después, en la época de Roboam.
La investigación profundiza en el proceso de urbanización del reino de Judá, centrándose en los asentamientos fortificados de Khirbet Qeiyafa, Bet Shemesh, Laquis, Tell en-Naṣbeh y Khirbet ed-Dawwara. Estos sitios muestran un plan urbano caracterizado por una muralla casamata con un cinturón periférico de estructuras contiguas a la muralla.
En particular, Laquis, nivel V, exhibe un patrón similar pero sin casamatas en la muralla de su ciudad. Los hallazgos tienen implicaciones de gran alcance para comprender la planificación urbana y los límites territoriales de la fase más temprana del reino de Judá.
Tres cosas son comunes a todas estas ciudades: estaban fortificadas con una muralla casamata, están ubicadas en la frontera del reino y están ubicadas en una carretera principal que conduce al reino. Khirbet Qeiyafa en el valle de Elah protegía la frontera suroeste del reino. Bet Shemesh en el valle de Soreq protegía la frontera occidental del reino.
Tell en-Naṣbeh, cerca de Ramallah, protegía el norte y Khirbet ed-Dawwara protegía la frontera noreste. Las técnicas de datación radiométrica confirman que las ciudades fortificadas de Khirbet Qeiyafa y Bet Shemesh se remontan al primer cuarto del siglo X a.C., época del rey David. El análisis de la planificación urbana y la ubicación geográfica de los sitios indica claramente que tenemos un reino fuerte que fue capaz de construir ciudades bien planificadas en sus fronteras, protegiendo las principales carreteras que conducen a su capital, Jerusalén.
Esta investigación arroja nueva luz sobre la planificación urbana temprana del reino de Judá y enriquece nuestro conocimiento del proceso de urbanización y expansión territorial durante el siglo X a.C.
El profesor Garfinkel explicó los resultados de la investigación y afirmó: “El descubrimiento de un muro de barrera en esta zona define efectivamente los límites del núcleo urbano del Reino de David, poniendo fin al largo debate histórico en torno a la existencia del Reino de David”. Reino y sus fronteras.”
Profundizó más, afirmando: “Este hallazgo proporciona evidencia tangible sobre el terreno, fechada en el período relevante, que respalda los relatos bíblicos de la expansión y fortificación del rey Roboam como se describe en el Libro de las Crónicas. Es un raro caso en el que podemos presentar datos históricos”. y evidencia arqueológica que se alinea con narrativas bíblicas del siglo X a.C.”
En cuanto a la fecha de publicación de la investigación, el profesor Garfinkel explicó: “Las pruebas se conocían desde antes, no se trata de nuevos descubrimientos. Lo que se necesitaba era que alguien viniera y observara el panorama completo que representan estos hallazgos. Me alegro que pude cumplir ese papel”.
Las excavaciones que sirvieron de base a estas conclusiones fueron realizadas por Saar Ganor de la Autoridad de Antigüedades de Israel y el profesor Michael Hazel de la Universidad Adventista del Sur de Estados Unidos.