Arqueólogos en Egipto han desenterrado una estatua de esfinge “con una cara sonriente y dos hoyuelos” cerca del Templo Hathor, uno de los sitios antiguos mejor conservados del país, anunció el lunes el Ministerio de Turismo y Antigüedades.
Es el último de una serie de descubrimientos revelados en los últimos meses.
El artefacto de piedra caliza, que se cree que es una representación estilizada de un antiguo emperador romano, fue encontrado dentro de una tumba de dos niveles cerca del templo en el sur de Egipto, dijo el ministerio en un comunicado.
Junto a la esfinge “bella y cuidadosamente tallada”, los investigadores encontraron “una estela romana escrita en escritura demótica y jeroglífica”, según el comunicado del ministerio.
Una vez descifrada por completo, la estela puede arrojar luz sobre la identidad del gobernante esculpido, que según el equipo de investigación egipcio podría ser el emperador Claudio.
El templo de Hathor, a unos 500 kilómetros (310 millas) al sur de la capital, El Cairo, albergaba el Zodíaco de Dendera, un mapa celeste que se exhibe en el Louvre de París desde 1922, más de un siglo después de que el francés Sébastien Louis Saulnier lo destruyera. fuera del templo.
Egipto quiere recuperarlo.
El país ha desvelado importantes descubrimientos arqueológicos en los últimos meses, principalmente en la necrópolis de Saqqara, al sur de El Cairo, pero también en Giza, hogar de la única estructura superviviente de las siete maravillas del mundo antiguo.
El jueves, el Ministerio de Antigüedades anunció el descubrimiento de un pasaje oculto de nueve metros dentro de la Gran Pirámide de Giza, que según el arqueólogo Zahi Hawass puede conducir a “la cámara funeraria real” del faraón Khufu o Keops.
Más al sur, en Luxor, los arqueólogos habían descubierto una “ciudad residencial completa de la época romana” de 1.800 años de antigüedad, anunciaron las autoridades en enero.
Algunos expertos consideran que estos anuncios tienen más peso político y económico que científico, ya que Egipto cuenta con el turismo para reactivar su vital industria turística en medio de una grave crisis económica.
El gobierno pretende atraer 30 millones de turistas al año para 2028, frente a los 13 millones antes de la pandemia.